Trastorno de la Lectura
1- Introducción
2- Criterios diagnósticos
DSM-IV
3- Alteraciones
asociadas al trastorno:
a) Mala lateralización
b) Psicomotricidad
c) Problemas perceptivos
d) Alteraciones en el lenguaje
e) Comorbilidad
4- Etiología y
prevalencia
5- Dislexia
y ámbito escolar:
a)
Etapa pre-escolar
b)
Etapa escolar
6-
Evaluación psico-pedagógica
7- Orientaciones para el
tratamiento
8- Resumen
de conclusiones
9-
Enlaces de interés
El trastorno específico de la lectura (Dislexia) se caracteriza por un
deterioro de la capacidad para reconocer palabras, lectura lenta e insegura y
escasa comprensión. Ello no es debido a factores como la baja inteligencia o a
deficiencias sensoriales significativas. Con frecuencia, viene acompañada de
otras alteraciones en la expresión escrita, el cálculo o algún otro tipo de
trastorno de la comunicación.
Históricamente se han utilizado distintos
nombres para calificar a estas discapacidades lectoras, tales como “dislexia”,
“alexia”, “incapacidad lectora”, “lectura en espejo”, etc.
El término
Dislexia se sigue utilizando para describir un síndrome de incapacidad lectora
que incluye deficiencias verbales, cognitivas y lateralidad mal definida. No
obstante, hay todavía un gran debate acerca de la validez diagnóstica e
independiente del trastorno disléxico. Algunos autores niegan la existencia del
trastorno mientras que otros consideran que existe una continuidad sin límites
claros entre la dificultad severa para la lectura y la normalidad. En este
segundo caso se prefiere utilizar como alternativa al término dislexia, el de
Trastorno Especifico de la Lectura.
Otro problema en el tratamiento de
los problemas lectores lo constituye la variabilidad de manifestaciones dentro
del colectivo, donde podemos distinguir varios grupos. En un primer grupo se
situan aquellos niños que pueden comprender bien una explicación oral, aunque no
un texto escrito con los mismos contenidos (serian capaces de comprender si
pudieran reconocer y leer las palabras correctamente). Este grupo sería al
que tradicionalmente se ha llamado disléxico. En un segundo grupo
estarían los niños que leen mal las palabras y que manifiestan problemas de
comprensión tanto escritas como orales (a diferencia del primer grupo). En este
caso se suele hablar de retraso lector general.
Finalmente, se han
identificado otros niños que pueden manifestar dificultades en la comprensión
aunque leen (decodifican) bien las palabras. Se trata del colectivo de niños
hiperléxicos, los cuales son capaces de leer bien pero no lo comprenden.
Este grupo es menos frecuente que los anteriores y suele asociarse generalmente
a una manifestación de un cuadro patológico más serio.
Hechas estas
matizaciones se exponen a continuación los criterios diagnósticos para el
Trastorno específico de la Lectura según el DSM-IV.
A) | El nivel de lectura, medido
individualmente por tests estandarizados de capacidad lectora o comprensión, está substancialmente por debajo de lo esperado con relación a la edad cronológica, a la inteligencia medida y a la educación apropiada para la edad. |
B) | El problema del criterio A
interfiere significativamente con el rendimiento académico o las actividades diarias que requieran habilidades lectoras. |
C) | Si existe un déficit sensorial,
las dificultades para la lectura son superiores a las que habitualmente van asociadas con dicho déficit. |
Diferentes estudios efectuados comparando el porcentaje de disléxicos de la población general con el porcentaje en grupos de zurdos manuales, de individuos con lateralidad cruzada o de zurdos de la mirada, dan como resultado un mayor porcentaje en estos grupos que en población normal.
Los niños disléxicos pueden presentar problemas en esta área asociadas o no a
lateralidades mal establecidas.
Hacia los 6 o 7 años suele apreciarse un
retraso en la madurez de ciertas funciones como: inmadurez psicomotriz, torpeza
parcial manual o generalizada, tono muscular escaso o excesivo, falta de ritmo,
respiración irregular. También dificultad en mantener el equilibrio tanto
estático como dinámico; conocimiento deficiente del esquema corporal lo que les
dificulta la estructuración espacial del propio cuerpo y, en consecuencia, el
establecimiento de los puntos de referencia a partir de los cuales localizar
objetos.
Para los niños disléxicos los conceptos derecha-izquierda, arriba-abajo,
delante-detrás, referidos a sí mismos, los adquieren con dificultad, lo que les
impide transferirlos a un plano más amplio. Concretamente a la lecto-escritura
para cuyo aprendizaje es necesaria la capacidad de codificación de signos y la
secuenciación en los ejes espacio-tiempo.
Si el niño no distingue bien entre
arriba y abajo, tendrá dificultad para diferenciar letras como la “b”, la “p”,
la “d”, etc...
Con respecto a la distinción delante-detrás su alteración se
manifestará más bien en un cambio de letras dentro de las sílabas, como, por
ejemplo: “le” por “el” o “se” por “es”.
Además de los trastornos
perceptivos hay que reseñar también los relativos a la percepción auditiva y
visual. No se trata específicamente de una deficiencia, sino de una alteración
cualitativa. No existe una pérdida de audición o visión, pero sin embargo, los
sonidos no se discriminan con suficiente precisión y se confunden unos con
otros. Respecto a la percepción visual puede producirse la confusión entre
colores, formas y tamaños.
En esta área se suceden múltiples alteraciones como dislalias, bajo nivel de
vocabulario, lenguaje con formas indebidas, inversiones orales con mala
colocación de las sílabas, empleo incorrecto de las formas verbales y uso
adecuado de conceptos contrarios (p.e. abrir-cerrar).
La dificultad en la
correcta construcción de los fonemas va a ser un escollo importante para
consolidar el avance en el aprendizaje de la lectura.
Los trastornos
antes mencionados pueden manifestarse en forma conjunta, pero lo habitual es que
prevalezca el dominio de alguno de ellos. Algunos autores establecen una
distinción entre Dislexias con predominio de alteraciones viso-espaciales y
motrices cuyas características serían : escritura en espejo, confusiones e
inversiones al escribir, torpeza motriz y disgrafía, con otro tipo caracterizado
por alteraciones fundamentalmente verbales y de ritmo que se caracterizarían
por: dislalias, pobreza de expresión, poca fluidez verbal, baja comprensión
reglas sintácticas, dificultad para redactar, etc...
Es importante resaltar la alta comorbilidad del trastorno lector con el T.D.A.H.
Según algunos estudios, entre el 30 y 35% de los niños con trastornos de la
lectura presentarían también un cuadro de T.D.A.H.
Algunas explicaciones al
respecto exponen que el niño con dificultades en los procesos lectores está más
predispuesto a la desatención. Esto se justifica por el mayor esfuerzo que tiene
que realizar por controlar unos procesos de codificación-decodificación que
escapan a su voluntad.
El origen exacto de los trastornos lectores sigue siendo objeto de
controversia. No hay duda que existen claros indicios que señalan a causas
neurobiológicas pero no se han hallado todavía marcadores concretos y
específicos para la dislexia.
Parte del problema reside en la presencia
concurrente de diversas alteraciones perceptivas, lingüísticas, de lateralidad
pero también emocionales, familiares, sociales y escolares.
Sí está más
clara la influencia del factor hereditario. Algunos estudios sitúan en un 40% el
porcentaje de hermanos de niños disléxicos que presentan el mismo problema,
siendo de un 30-40% en el caso de los padres. No obstante, no se conocen
exactamente los marcadores genéticos implicados.
Siguiendo algunos
estudios europeos, la prevalencia en nuestro país podría situarse alrededor del
10 al 15%. La cifra debe tomarse con cautela a falta de estudios
propios.
Otro dato a tener en cuenta es que el trastorno lector se da con
mayor frecuencia en niños que en niñas (2 o 3: 1), si bien, también hay
discrepancias en este terreno y algunos estudios recientes demostrarían que la
proporción de niños y niñas estaría más igualado de lo que se ha pensado
tradicionalmente.
Lo que más destaca son las alteraciones del lenguaje y las sensoperceptivas
(dificultad para la distinción de colores, formas, tamaños, esquema corporal,
etc...) junto a torpeza motriz y poca habilidad para los ejercicios
manipulativos y gráficos. Se trata de niños denominados pre-disléxicos con una
predisposición a la dislexia que aparecerá más adelante cuando comience el
aprendizaje propiamente dicho de la lecto-escritura.
Es en ese momento
escolar cuando las dificultades se manifiestan con toda su intensidad.
El niño disléxico tiene dificultad para identificar, memorizar y
reproducir letras, sílabas, números, etc, de modo más concreto aquellas que
tienen formas semejantes como la “p-b”, “p-q”, “u-n”..., que se diferencian por
su posición espacial respecto a un eje de simetría. Así puede leer “lidro en
lugar de libro” o “qero en lugar de pero”. Este error se denomina inversión
estática.
Otro error consiste en una inversión dinámica, es
decir, la alteración en el orden de las letras o sílabas. También se pueden dar
omisiones o reiteraciones de las mismas, por ejemplo “Barlona en lugar de
Barcelona” o “quero en lugar de quiero”.
A nivel más general se observa
la lectura lenta, mecánica, sin ritmo ni entonación adecuado al nivel de
desarrollo del niño, frecuentes saltos de línea y distracción fácil.
Se mantienen las dificultades antes mencionadas especialmente en la escritura
como disgrafías, escritura en espejo y disortografías.
En una etapa más
avanzada, el disléxico se suele estacionar en una lectura vacilante, no siempre
del todo comprensiva, escritura irregular, disortografía y factor verbal
comprensivo-expresivo bajo.
La superación de estos aspectos está
condicionada por las posibilidades intelectuales, la gravedad del trastorno y el
adecuado y temprano diagnóstico e intervención psicopedagógica.
Teniendo en cuenta la edad del niño y los datos hallados mediante entrevista
se efectuará la correspondiente evaluación individual. Dicha evaluación debe
comprender aspectos específicos de los procesos lectores pero también áreas más
generales como la inteligencia o la personalidad.
A continuación se
exponen las diferentes factores a evaluar:
a) Nivel
intelectual
Se utilizan pruebas verbales como el Wisc-R
(o su actualización el Wisc IV), también el K-ABC de Kaufman. En cuanto a las no
verbales puede aplicarse el Test de Matrices Progresivas de Raven o el Toni-2.
Los resultados obtenidos con estas pruebas suponen una medida de la
capacidad intelectual del sujeto globalmente, pero también proporcionan un
perfil de los diferentes factores mentales implicados. Recordemos que para el
diagnóstico de un trastorno específico de la lectura debemos descartar la
presencia de Retraso
Mental.
b) Análisis específico
lecto-escritura
Algunos de los instrumentos adecuados son:
1-El TALE (o TALEC en versión catalana) construido para
investigar con rapidez y detalle el nivel general y las características
esenciales del aprendizaje de la lectura y escritura. Comprende dos partes
(Lectura y Escritura) cada una de las cuales está integrada por varias pruebas
(Tea Ediciones).
2- EDIL. Se trata de una prueba para la exploración
de las dificultades individuales de la lectura. Evalúa tres aspectos: Exactitud,
Comprensión y Velocidad.
3- PLON- R (Prueba de Lenguaje Oral de
Navarra). Es un test que sirve de screening o detección rápida del desarrollo
del lenguaje oral. Edad de aplicación: 3 a 6 años.
4- PROLEC-R.
Evaluación de los procesos lectores. Se obtiene una puntuación de la
capacidad lectora de los niños e informaciñon sobre las estrategias que cada
niño utiliza en la lectura de un texto, así como de los mecanismos que no están
funcionando adecuadamente y por lo tanto no le permiten realizar una buena
lectura. Edad de aplicación: cursos de 1º a 6º de Educación Primaria.
6-
PROLEC- SE. Evalúa los principales procesos implicados en la lectura:
léxicos, sintácticos y semánticos. Edad de aplicación: de 1º a 4º de ESO.
7- PROESC. Evaluación de los procesos de la escritura. Evaluación de
los principales procesos implicados en la escritura y la detección de errores.
Edad de aplicación: De 3º de Educación Primaria a 4º de Educación Secundaria.
8- DST-J. Test para la detección de la Dislexia en niños. Aplicable
en niños entre 6 años y medio y 11.
Ver otras
pruebas para evaluar trastornos del lenguaje
c) Exploración
perceptivo-motriz
Abarca el examen del esquema corporal, la
lateralidad y la percepción espacio-temporal.
Para apreciar la imagen que
de su propio cuerpo tiene el niño pueden utilizarse la pruebas de Piaget
y Head. Se trata de constatar el momento del proceso evolutivo en que se
encuentra el niño en relación con su edad. Las pautas normales al respecto
son:
Edad: | Procesos asumidos: |
5 años | Debe conocer las partes de su cuerpo. |
6 años | Debe conocer, señalar y nombrar los miembros y órganos del lado derecho e izquierdo. |
7 años | Debe producirse el llamado cruce del eje de simetría. Se trata de combinar el lado derecho con el izquierdo lo que posibilita la ubicación de los objetos, tomándo a su cuerpo como punto de referencia. |
Respecto a la dominancia lateral aconsejamos el uso del Test de Harris
(ver ¿qué es la
lateralidad cruzada?).
En la exploración espacio-temporal
resulta especialmente útil el Test
Guestáltico Viso-Motor de Laureta Bender.
d)
Evaluación del temperamento/personalidad
Finalmente la evaluación de
aspectos de su personalidad pueden resultar necesarios para trazar un plan de
intervención eficaz.
También los aspectos conductuales, su forma de
relacionarse con su entorno más inmediato (padres, hermanos, compañeros,
maestros, etc...) y cómo percibe su problema resultará de mucha
utilidad.
Según la edad del niño pueden utilizarse técnicas proyectivas
como el Test
de la Familia, el Test
del Árbol o Test
de la Figura Humana como una primera aproximación.
Se ha comentado ya el posible origen neurobiológico de la dislexia o
trastorno específico de la lectura. No se trata, por tanto, de un retraso
madurativo ocasional, sino de un trastorno crónico que en una u otra medida
seguirá afectando las competencias lectoras a lo largo de la vida del disléxico.
No obstante, el trastorno no afectará de la misma forma en la etapa escolar que
en la vida adulta. Los mayores problemas se darán coincidiendo con la
escolarización y la obtención de los diferentes objetivos académicos. En la
etapa adulta la manifestación del trastorno se limitará a la persistencia de una
cierta dificultad para la lectura (menor fluidez y precisión que la de un no
disléxico) y a un mayor esfuerzo para la comprensión.
A pesar de estas
consideraciones resulta de vital importancia que el niño disléxico reciba, desde
la manifestación de los primeros síntomas, una intervención psicopedagógica con
el fin de minimizar las consecuencias y llevar al máximo nivel de competencia
posible sus propios recursos lecto-escritores.
En términos generales, el
tratamiento se dirige a corregir, mediante métodos psicopedagógicos específicos,
las alteraciones perceptivo-motrices, verbales y de lecto-escritura, trabajando
con preferencia las más afectadas. Cuando existan asociados problemas de
articulación, trastornos neurológicos o de personalidad, será preciso contar
además con tratamientos de logopedia, neuropsiquiatría y
psicología.
Existe en la actualidad gran cantidad de material específico
en el mercado para la recuperación de la dislexia. Dicho material suele
estructurarse en orden de dificultad y también por edades.
Independientemente del trabajo efectuado en la escuela o por parte de
los diferentes profesionales, es necesario la participación activa de los padres
en el tratamiento. Desde casa pueden apoyar al niño fomentando el juego activo
en programas de ordenador específicos u otros. Es muy importante que los juegos
propuestos sean sencillos (que el niño, al menos en inicio, pueda efectuarlos
con facilidad), agradables, lúdicos y, por encima de todo, que atraigan la
atención del niño (ver al final
algunos enlaces de interés).
Estos juegos adquieren diferentes
formas pero van encaminados a trabajar diferentes aspectos que son cruciales a
la hora de potenciar en estos niños las habilidades de descodificación lectora y
orientación espacio-temporal.
a) Ejercicios de Actividad
Mental
Pretenden centrar la atención del niño mejorando su atención
sostenida (el tiempo de respuesta y la perseverancia). También a captar la
comprensión de estructuras con objetos y gráficos, establecer relaciones de
diferencias (éstas pueden establecerse sobre diferencias o
semejanzas).
b) Ejercicios de Lenguaje
Van dirigidos a
trabajar la correcta articulación de fonemas y el enriquecimiento de la
comprensión y la expresión oral, se persigue un perfeccionamiento mediante el
aumento del vocabulario, empleo preciso de términos, fluidez verbal, elaboración
de frases y narración de relatos.
c) Ejercicios de Lecto-escritura
Son necesarios para reconocer y reproducir signos gráficos y letras,
insistiendo en aquellas que por su problemática ofrecen mayor dificultad,
también se trabaja con sílabas directas, inversas y compuestas, procurando
hacerla comprensiva desde el primer momento.
d) Ejercicios
Perceptivo-motores
Comprenden desde el aprendizaje de colores, formas y
tamaños elementales, así como el conocimiento del propio cuerpo, su localización
espacial y de nociones temporales. Se utilizan para ello láminas, gráficos y
especialmente el movimiento, el ritmo y el sonido. Se introducen además
contenidos espaciales sobre ejes de coordenadas y puntos cardinales. En la
percepción temporal se inicia el uso del reloj y del calendario.
1- | La dislexia o trastorno específico de la lectura, a pesar de que son varios los factores que pueden influir en su aparición y desarrollo, tiene un claro origen neurobiológico y, por tanto, no obedece al capricho, desmotivación o mala actitud del niño hacia la lectura. |
2- | No está causada por un bajo nivel de Inteligencia. Los niños disléxicos, en general, tienen buenas capacidades intelectuales fuera de los procesos específicos de la lectura y escritura. |
3- | Los niños disléxicos, tienen su propio ritmo de aprendizaje y parten con clara desventaja respecto a los niños que no tienen estos problemas. No ridicularizar delante de otros ni hacerle sentir culpable. Se trata de un trastorno que el niño debe saber que conocemos para poder ayudarle adecuadamente. |
4- | Darle todo el soporte en clase: Efectuar la evaluación academica oralmente siempre que sea posible. Valorar ante todo su esfuerzo e interés más que sus resultados respecto al nivel del resto de la clase. Proporcionarle un entorno físico adecuado, con pocos elementos distractores (ventanas, sitios de paso, etc.). Dotarle de ayudas para corrección de textos y/o calculadoras para problemas de cálculo si le pueden ayudar. Necesitará más tiempo que sus compañeros para efectuar el mismo trabajo. |
5- | Evitar agobiarlo con el exceso de trabajo. El niño disléxico tiene mucha más dificultad para centrar y mantener la atención. Procurar graduar el tiempo de trabajo y ser flexible según las necesidades del niño. Reforzarlo adecuadamente y desdramatizar las situaciones. No hacerle repetir trabajos por haberlo hecho mal salvo situaciones excepcionales. Buscar ejercicios que le resulten lúdicos y le puedan asegurar, al menos de inicio, algún éxito. |
6- | Probablemente necesitará atención individualizada por parte de profesionales especializados. Como material de refuerzo y según la edad pueden introducirse juegos lúdicos mediante el ordenador u otros ajustados a su nivel. Existen en el mercado diferentes modelos para trabajar letras, sílabas y las diferentes combinaciones de grafías para trabajar con los padres en casa. |
7- | Se trata de un trastorno crónico y, por tanto, las dificultades estarán siempre presentes aunque con diferentes consecuencias. En la etapa escolar es cuando se produciran los mayores conflictos al no poder seguir el ritmo de sus compañeros. En la etapa adulta persistirá un cierta dificultad en la fluidez y comprensión lectora pero sin mayores consecuencias. En todo caso, dependerá de la correcta atención y tratamiento recibido en la infancia. |
Asociaciones dislexia:
Federación Española Dislexia: https://www.fedis.org/
Asociación Catalana: https://www.acd.cat/ACD/
Asociación inglesa: https://www.dyslexic.com/
La
web contiene información, material y software específico para la dislexia. Es en
habla inglesa.
Otros: Dislexia sin
barreras
Software educativo:
KATAMOTZ- Programas
libres y gratuitos para tratar la dislexia y otros problemas de
lectura.
Desde la propia red recomendamos la zona click con
numerosas actividades para todas las edades (a partir de 3 años) y necesidades.
Se trata de un servicio gratuito del Departamento de Educación de la Generalitat
de Cataluña.
Los programas de ordenador creados y comercializados en
España con el nombre de “Pipo” contienen diferentes actividades y ejercicios
prácticos para trabajar las letras, sílabas, palabras y también el cálculo entre
otros. Se aconsejan especialmente para población infantil. Desde la web se puede
efectuar algún ejercicio de prueba previo registro.
https://www.pipoclub.com/webonline/webleer.htm
Otra web
muy interesante con amplio contenido educativo es: https://childtopia.com
Está
disponible en diferentes lenguas tanto nacionales como
internacionales.
Material especializado:
Especialmente
interesante el material de intervención en la Dislexia y otros trastornos
aprendizaje creado por la empresa Rehasoft. Destacamos el programa Lexia
como un excelente software para el trabajo específico en este
terreno.
También hay que destacar los programas de intervención
distribuidos por Mirelo. Se trata de una empresa que desarrolla programas
informáticos para rehabilitación logopédica y educación
especial.
Videos interesantes acerca de la dislexia:
Dislexia: maneras de aprender
Se explica a través de
diferentes jóvenes afectados y algunos profesionales las características del
trastorno. El video es en castellano y catalán.
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